No le encontraba sentido a sus palabras. No le encontraba ni pies ni cabeza. De pronto la habitación me empezó a dar vueltas y resulté en el sofá sin saber porque
-¿Qué le has hecho?-Preguntó Jacob con una mirada envenenada
Alice le ignoró.
-¿Bella? Reacciona, Bella, tenemos prisa.
-Mantente lejos-le previno Jacob.
-Cálmate, Jacob Black-le ordenó Alice-. No querrás transformarte tan cerca de ella.
-No creo que tenga problemas en recordar cuál es mi verdadero objetivo-replicó, pero su voz sonó un poco más apaciguada.
-¿Alice? —intervine con voz débil-. ¿Qué ha pasado?-pregunté incluso a pesar de no querer oírlo.
-¿Qué le has hecho?-Preguntó Jacob con una mirada envenenada
Alice le ignoró.
-¿Bella? Reacciona, Bella, tenemos prisa.
-Mantente lejos-le previno Jacob.
-Cálmate, Jacob Black-le ordenó Alice-. No querrás transformarte tan cerca de ella.
-No creo que tenga problemas en recordar cuál es mi verdadero objetivo-replicó, pero su voz sonó un poco más apaciguada.
-¿Alice? —intervine con voz débil-. ¿Qué ha pasado?-pregunté incluso a pesar de no querer oírlo.
Me di cuenta de que estaba en los brazos de Jake, y no en el sofá. Jake temblaba.
-¿Alice?- Volví a preguntar
-No lo sé- Dijo inopinadamente- No sé en que estará pensando
Rápidamente tomo su celular y se lo puso al oído
-¿Rose?... Escucha ¿Has sabido algo de Edward?
La cara de pánico de Alice se hacía cada vez más evidente con el paso de los segundos. Entreabrió la boca en forma de “O” a causa del espanto y el móvil le tembló en las manos
¿Por qué? -preguntó con voz entrecortada-. ¿Por qué lo has hecho, Rosalie?
Fuera cual fuera la respuesta, el mentón de Alice se tensó a causa de la ira. Le centellearon los ojos y luego los entrecerró.
-En fin, te has equivocado en ambos casos, aunque, Rosalie, era fácil suponer que iba a ser un problema, ¿a que sí? -preguntó con sarcasmo-. Sí, exacto, ella se encuentra perfectamente... Me equivoqué... Es una larga historia, pero en eso también te equivocas. Ésa es la razón por la que llamo... Sí, eso es exactamente lo que vi -Alice habló con dureza. Fruncía los labios hasta el punto de dejar los dientes al descubierto-. Es un poco tarde para eso, Rose. Guárdate tu remordimiento para quien te crea.
Cerró el móvil con un movimiento vertiginoso de dedos. Se volvió hacia mí y me miró con ojos atormentados.
-Alice, Carlisle ya ha regresado-mascullé rápidamente sin dejar que me contara nada. Necesitaba unos segundos más de tregua antes de que hablara y sus palabras destruyeran lo poco que me quedaba de vida—. Acaba de llamar...
Se me quedó mirando sin comprender y luego preguntó con voz apagada:
-¿Cuánto hace de eso?
-Medio minuto antes de tu aparición.
-¿Qué dijo? -ahora me estaba prestando atención, quedó a la espera de mi respuesta.
-Yo no hablé con él.
Mis ojos volaron en pos de Jacob, y Alice clavó su penetrante mirada en él, que reaccionó con un estremecimiento, pero no se apartó de mi lado. Se sentó con torpeza, casi como si pretendiera escudarme con su cuerpo.
-Preguntó por Charlie y le respondí que no se encontraba aquí -musitó Jacob con resentimiento.
-¿Nada más? -inquirió Alice con voz glacial.
-Después me colgó el teléfono -le espetó Jacob. Un temblor le recorrió la columna vertebral y me hizo estremecer.
-Le dijiste que Charlie estaba en el funeral -le recordé.
Alice sacudió la cabeza hacia mí.
-¿Cuáles fueron las palabras exactas?
-Jacob dijo: «No está en casa», y cuando Carlisle preguntó por el paradero de Charlie, respondió: «Se encuentra en el funeral».
Alice gimió y cayó de rodillas.
-Cuéntamelo, Alice -susurré.
-No fue Carlisle quien telefoneó -explicó con desesperanza.
-¿Me estás llamando mentiroso?-gruñó Jacob, que seguía junto a mí
Alice le ignoró y se concentró en mi rostro perplejo.
Era Edward -las palabras borbotearon en un susurro entrecortado-. Cree que has muerto. No era eso lo que tanto temía oír, por lo que el alivio me aclaro las ideas.
-Rosalie le dijo que me había suicidado, ¿verdad?
-Sí -admitió Alice. Los ojos le relampaguearon de ira una vez más-. He de decir en su defensa que ella pensaba que era verdad. Confían más de lo debido en mi visión, que funciona con muchas imperfecciones, pero eso fue lo que la impulsó a decírselo a Edward. ¿No comprendía... ni le preocupaba...?
Su voz se fue apagando horrorizada.
-Y Jacob le habló de un funeral cuando llamó aquí, y él creyó que era el mío -comprendí.
Alice me miró de un modo extraño y susurró:
-No te has alterado.
-Bueno, se ha malogrado una ocasión, pero todo se arreglará. Alguien le dirá la próxima vez que llame... que... en... realidad... —no pude seguir. Su mirada agolpó las palabras en mi garganta.
¿Por qué tenía Alice tanto pavor? ¿Por qué su rostro se había crispado de pena y horror? ¿Qué le había dicho a Rosalie por teléfono hacía unos momentos? Algo sobre lo que había visto, y luego había mencionado el remordimiento de Rosalie. Ella jamás hubiera sentido remordimiento alguno por nada de lo que me hubiera pasado a mí, pero si eso causaba algún mal a su familia, a su hermano...
-Bella -susurró Alice-, Edward no va a volver a llamar. Ha creído a Rosalie.
-No... lo... comprendo...
Mi boca formó cada una de esas tres palabras, pero me faltó aliento para pronunciarlas y pedirle que me explicara las implicaciones.
-Se va a Italia.
Tardé un latido de corazón en comprenderla.
Cuando la voz de Edward volvió a sonar en mi interior, no era la perfecta imitación de mis delirios, sino el tono apagado de mis recuerdos, pero las palabras bastaron para desgarrarme el pecho y dejar abierto un enorme hueco. Eran palabras de un tiempo en que yo hubiera apostado todo lo que poseía o podría poseer a que él me amaba.
Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti, me había asegurado en aquella misma habitación mientras contemplábamos la muerte de Romeo y Julieta. Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis. (...) Lo mejor es no irritar a los Vulturis. No a menos que desees morir.
No a menos que desees morir.
—¡No! —el rechazo expresado en un grito restalló con tanta fuerza después de los susurros que nos hizo dar un salto a todos. Sentí que la sangre me huía del rostro
-¿Alice?- Volví a preguntar
-No lo sé- Dijo inopinadamente- No sé en que estará pensando
Rápidamente tomo su celular y se lo puso al oído
-¿Rose?... Escucha ¿Has sabido algo de Edward?
La cara de pánico de Alice se hacía cada vez más evidente con el paso de los segundos. Entreabrió la boca en forma de “O” a causa del espanto y el móvil le tembló en las manos
¿Por qué? -preguntó con voz entrecortada-. ¿Por qué lo has hecho, Rosalie?
Fuera cual fuera la respuesta, el mentón de Alice se tensó a causa de la ira. Le centellearon los ojos y luego los entrecerró.
-En fin, te has equivocado en ambos casos, aunque, Rosalie, era fácil suponer que iba a ser un problema, ¿a que sí? -preguntó con sarcasmo-. Sí, exacto, ella se encuentra perfectamente... Me equivoqué... Es una larga historia, pero en eso también te equivocas. Ésa es la razón por la que llamo... Sí, eso es exactamente lo que vi -Alice habló con dureza. Fruncía los labios hasta el punto de dejar los dientes al descubierto-. Es un poco tarde para eso, Rose. Guárdate tu remordimiento para quien te crea.
Cerró el móvil con un movimiento vertiginoso de dedos. Se volvió hacia mí y me miró con ojos atormentados.
-Alice, Carlisle ya ha regresado-mascullé rápidamente sin dejar que me contara nada. Necesitaba unos segundos más de tregua antes de que hablara y sus palabras destruyeran lo poco que me quedaba de vida—. Acaba de llamar...
Se me quedó mirando sin comprender y luego preguntó con voz apagada:
-¿Cuánto hace de eso?
-Medio minuto antes de tu aparición.
-¿Qué dijo? -ahora me estaba prestando atención, quedó a la espera de mi respuesta.
-Yo no hablé con él.
Mis ojos volaron en pos de Jacob, y Alice clavó su penetrante mirada en él, que reaccionó con un estremecimiento, pero no se apartó de mi lado. Se sentó con torpeza, casi como si pretendiera escudarme con su cuerpo.
-Preguntó por Charlie y le respondí que no se encontraba aquí -musitó Jacob con resentimiento.
-¿Nada más? -inquirió Alice con voz glacial.
-Después me colgó el teléfono -le espetó Jacob. Un temblor le recorrió la columna vertebral y me hizo estremecer.
-Le dijiste que Charlie estaba en el funeral -le recordé.
Alice sacudió la cabeza hacia mí.
-¿Cuáles fueron las palabras exactas?
-Jacob dijo: «No está en casa», y cuando Carlisle preguntó por el paradero de Charlie, respondió: «Se encuentra en el funeral».
Alice gimió y cayó de rodillas.
-Cuéntamelo, Alice -susurré.
-No fue Carlisle quien telefoneó -explicó con desesperanza.
-¿Me estás llamando mentiroso?-gruñó Jacob, que seguía junto a mí
Alice le ignoró y se concentró en mi rostro perplejo.
Era Edward -las palabras borbotearon en un susurro entrecortado-. Cree que has muerto. No era eso lo que tanto temía oír, por lo que el alivio me aclaro las ideas.
-Rosalie le dijo que me había suicidado, ¿verdad?
-Sí -admitió Alice. Los ojos le relampaguearon de ira una vez más-. He de decir en su defensa que ella pensaba que era verdad. Confían más de lo debido en mi visión, que funciona con muchas imperfecciones, pero eso fue lo que la impulsó a decírselo a Edward. ¿No comprendía... ni le preocupaba...?
Su voz se fue apagando horrorizada.
-Y Jacob le habló de un funeral cuando llamó aquí, y él creyó que era el mío -comprendí.
Alice me miró de un modo extraño y susurró:
-No te has alterado.
-Bueno, se ha malogrado una ocasión, pero todo se arreglará. Alguien le dirá la próxima vez que llame... que... en... realidad... —no pude seguir. Su mirada agolpó las palabras en mi garganta.
¿Por qué tenía Alice tanto pavor? ¿Por qué su rostro se había crispado de pena y horror? ¿Qué le había dicho a Rosalie por teléfono hacía unos momentos? Algo sobre lo que había visto, y luego había mencionado el remordimiento de Rosalie. Ella jamás hubiera sentido remordimiento alguno por nada de lo que me hubiera pasado a mí, pero si eso causaba algún mal a su familia, a su hermano...
-Bella -susurró Alice-, Edward no va a volver a llamar. Ha creído a Rosalie.
-No... lo... comprendo...
Mi boca formó cada una de esas tres palabras, pero me faltó aliento para pronunciarlas y pedirle que me explicara las implicaciones.
-Se va a Italia.
Tardé un latido de corazón en comprenderla.
Cuando la voz de Edward volvió a sonar en mi interior, no era la perfecta imitación de mis delirios, sino el tono apagado de mis recuerdos, pero las palabras bastaron para desgarrarme el pecho y dejar abierto un enorme hueco. Eran palabras de un tiempo en que yo hubiera apostado todo lo que poseía o podría poseer a que él me amaba.
Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti, me había asegurado en aquella misma habitación mientras contemplábamos la muerte de Romeo y Julieta. Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis. (...) Lo mejor es no irritar a los Vulturis. No a menos que desees morir.
No a menos que desees morir.
—¡No! —el rechazo expresado en un grito restalló con tanta fuerza después de los susurros que nos hizo dar un salto a todos. Sentí que la sangre me huía del rostro
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Gracias x leer el blog¡¡ Gracias a los blogs mas pedidos por recomendarme!!
Por cierto, ya abrí el blog de Renesmee, tiene dos capitulos
¿Les gusta la Renesmee que escogí?¿Y la historia?
Bueno, graciass graciass graciass :D
Espero que les guste el blog de Ness
Besos
hola
ResponderEliminaramo tu blog
es muy liindo
ya te sigo
me gustaria qe te pasaras x mi blog (si quieres)
Mi blog es:
http://teamoporsobretodaslascosas.blogspot.com/
PLiss sigueme y comenta
Cuidate
bye!♥
Wow!! adoro tu blog qq bueno!! Pro... yo soy TEAM: EDWARD y para serte sincera LLORE SO MUCH sabes es Doloroso...Pro postea pronto!! bye I love you blog!! Oh!!
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